sábado, 5 de abril de 2025

Legacy Hotel, una flamante y novedosa propuesta en Cascais


    En la cosmopolita Cascais (destino durante décadas, junto a Estoril, de descanso y vacacional de la realeza y la aristocracia europea), con la magia y la luz del inmenso océano Atlántico bañando esta turística localidad próxima a Lisboa, descubrimos un nuevo alojamiento de alto nivel, con pocos meses de vida, cuyo nombre es en sí mismo una decidida declaración de principios.




    Legacy Hotel Cascais, Curio Collection by Hilton (www.hilton.com) abrió sus puertas el 30 de abril de 2024, fruto de la adquisición del antiguo y conocido hotel Ciudadela (donde también pernoctaron personajes de talla internacional) por el grupo empresarial Reformosa.



    Este nuevo edificio, de aires modernos, es una formidable obra arquitectónica que cuenta, en su interior, con una cuidada y estudiada decoración que no deja indiferente al viajero.



    Un magnífico comienzo (no podría ser de otra forma) para esta marca del grupo Hilton en la ciudad.



    El acceso al hotel, a través de una calle adoquinada con la típica calzada portuguesa, nos recuerda dónde nos encontramos.



    Este impecable cuatro estrellas, que bien podría tener una más, está conformado por cincuenta y nueve modernas habitaciones distribuidas en cinco plantas. Todas ellas, dotadas con las más altas comodidades como, entre otras, tablets para consulta de información y servicios del hotel, un despertador que carga los móviles y amenities de primera calidad.




    A este gran abanico de prestaciones y posibilidades hay que incluir un magnífico restaurante de inspiración italiana llamado Don Alfonso 1890, piscina cubierta climatizada, gimnasio, un relajante Legacy Spa by Wake (con un corredor de entrada que es una sala de exposiciones), sauna, zona de descanso exterior e interior, piscina al aire libre, varias salas de tratamientos y una agradable terraza contigua al restaurante.





    Nada más entrar en el hall descubrimos influencias asiáticas en la decoración. El predominio de los tonos rojos y determinados elementos decorativos nos recuerdan al lejano Oriente.



    Una acogedora atmósfera que se ve acrecentada, desde el principio, por la amabilidad, el esmero y el mimo con el que nos atienden en la recepción del hotel.

    Un servicio de primer nivel, junto a la elegancia contemporánea con aires glamurosos de todas sus instalaciones, van conformando el repertorio de este muy recomendable hotel que lleva uno de los mejores apellidos en el mundo de los grandes hoteles: “Curio Collection, by Hilton”.



    Cenar en Don Alfonso 1890 es una aconsejable opción para acabar el día y una gratísima experiencia gastronómica.



    Materia prima de primera calidad, respeto a la gastronomía local con predominio de la culinaria italiana (especialmente con influencias de Sorrento y la costa Amalfitana), estudiada presentación de los platos, amplia y variada "ementa" y carta de vinos, toques de originalidad, buena técnica, magnífico tratamiento del producto y un cuidado servicio (perfectamente organizado gracias Ana Sofía, su jefa de sala), son sus insuperables bazas para conseguir tan magnífico resultado.






    Si me permiten una sugerencia, pidan uno de sus platos icónicos: “ovo escalfado, empanado e frito, até ficar dourado e crocante, sobre espargos e mousse de batata suave e trufa”.



    Todo ello, en un luminoso local (gracias a grandes ventanales a cada lado) con bonitos estampados en las paredes, lámparas con flecos y originales apliques en la pared de cerámica y cristal, al que hay que sumar un salón privado si se desea más intimidad.



    Imposible no mencionar el increíble trabajo en cocinas de su chef ejecutivo Ermanno Nicolella. Este cocinero italiano, enamorado de Portugal, dirige con maestría estos fogones aportando su muy apreciable toque personal.





      Sin duda, estamos en el lugar perfecto para disfrutar la última comida del día. Un espacio donde, como advertirá el comensal, todos los detalles se cuidan, incluida la selección de la cubertería o la vajilla, de la prestigiosa marca portuguesa Vista Alegre.

    Nos encontramos en un exclusivo refugio de tranquilidad en Cascais, alejado del casco antiguo y de aglomeraciones, pero a sólo unos minutos de los reclamos turísticos más representativos de esta ciudad, una de las mecas del turismo en Portugal.



    Calidad, atención personalizada, una decoración acogedora y envolvente, habitaciones modernas -dotadas de todo lo que pueda necesitar el huésped- y mucha ilusión son los ingredientes para el éxito de este joven proyecto que entre sus siglas lleva la prestigiosa marca “Curio Collection, by Hilton”. No se puede pedir más.



    Los cimientos de este formidable desafío hotelero son sólidos; fácil augurar un magnífico futuro.



    Tras conocer el hotel y su filosofía de trabajo, tras ver el esfuerzo puesto por todo el equipo de personas que lo componen, solo cabe finalizar con estas palabras: “Obrigado e Parabens” por un trabajo tan bien hecho.

    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN.






domingo, 23 de marzo de 2025

Conociendo el cementerio de San Juan de Núremberg


    Núremberg, una de las ciudades más hermosas de Alemania, tiene infinidad de reclamos y argumentos que justifican un viaje.



    Su impresionante castillo imperial (sede de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico), las murallas medievales que -llegando a tener una longitud de cinco kilómetros- custodiaban su casco antiguo, la casa/museo del gran pintor renacentista Alberto Durero, la Plaza del Mercado (corazón de la ciudad), los numerosos puentes que cruzan el río Pegnitz (parte esencial de su paisaje urbano), el Museo Nacional Germánico, su famoso mercado navideño, sus majestuosas iglesias, etc., etc. son suficientes motivos para acercarnos a esta importante ciudad bávara.



     Su denso y rico pasado ha dejado, sin duda, un gran legado histórico, urbanístico y arquitectónico (mucho de él reconstruido tras los bombardeos sufridos durante la segunda Guerra Mundial).



    Hay pues muchas razones para acercarnos a Nuremberg. Sin duda, vale la pena dedicarle tiempo, descubrirla y explorarla.



    Sin embargo, hoy quiero recomendar la visita a un conocido cementerio, en ocasiones fuera de las rutas más turísticas, que no debe pasarse por alto.



    Me refiero al cementerio de San Juan (Johannisfriedhof), uno de los más famosos del país y de Europa. Bueno es recordar que, en el 2013, fue considerado el más bonito de Alemania.



    Muchas son las personalidades (como el pintor renacentista Alberto Durero –nacido en Nuremberg y, seguramente, el más famoso de sus vecinos a lo largo de la historia-, el poeta Hans Sachs y el reconocido escultor Veit Stoss, entre otros) que están enterradas en este camposanto situado, en la actualidad, dentro de la ciudad y rodeado de avenidas y edificios.

    Sin embargo, en su momento, este emplazamiento estaba fuera del casco histórico medieval, delimitado por sus impresionantes murallas.

    La razón de esta ubicación se debe a que en el siglo XVI se prohibieron los enterramientos dentro de la ciudad vieja. Las condiciones higiénicas en aquellos tiempos de los cementerios intramuros eran pésimas, causando epidemias y enfermedades.

    Por esta razón, en 1518, el emperador Maximiliano I ordenó que en tiempos de peste los cadáveres deberían ser enterrados fuera de la ciudad. Las autoridades de Núremberg, siguiendo esas indicaciones, buscaron el emplazamiento actual.



    Otra curiosidad a reseñar es que, debido a la gran cantidad de rosas que florecen dentro de él, suelen llamarlo ”el cementerio de las rosas”.

    Una de sus características distintivas son los numerosos epitafios de bronce (sobre tumbas de piedra arenisca) que vamos a encontrar.






    Con un gran valor artístico e histórico, en cierta forma cuentan la historia de las personas que allí descansan (profesión, poder económico, fama, gustos,…..).





    En el centro del cementerio se encuentra la iglesia de San Juan (de llamativo color rojo, sobrevivió prácticamente intacta a los bombardeos de la segunda guerra mundial) y en un extremo oriental descubrimos la capilla Holzschuher, un edificio de formas redondas atribuido al arquitecto Hans Beheim el Viejo.




    Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo se consideraba, por razones de status social, que las clases aristocráticas y acomodadas debías ser enterradas dentro de las iglesias.



    Es de todos sabido que existe un turismo (“necrotuismo”) enfocado a la visita de cementerios, camposantos, necrópolis, criptas, lápidas o panteones de todo el mundo.



    En este sentido, son mundialmente famosos, por citar algunos, el de La Recoleta (en Buenos Aires), el Père-Lachaise (en Paris, es uno de los más famosos), el Highgate (en Londres, es una joya de la arquitectura victoriana), el de Arlington (de carácter militar), el de Colón (en La Habana) o el de Okunoin (en Wakayama).




    En el caso de Núremberg, visitar este cementerio de San Juan (Johannisfriedhof) es otra forma de conocer esta ciudad; otra vertiente que, de tener tiempo, hay que explorar ya que indirectamente nos cuenta mucho sobre el pasado y sobre personajes relevantes en la historia de esta preciosa capital alemana.



    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 21 de marzo de 2025.

Conociendo, en Núremberg, el cementerio de San Juan